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lunes, 29 de enero de 2007

BABEL

En una soporífera cartelera cinematográfica, sin imaginación ni ideas, a veces tenemos la suerte de toparnos con auténticos goces visuales como BABEL ( de A. González Iñarritu, con Brad Pitt y Cate Blanchett ), un perfecto fresco de nuestro mundo contemporáneo.La acción del film transcurre entre Marruecos, Estados Unidos, Méjico y Japón. Sorprende ver como un incidente en uno de esos habitats tiene una repercusión directa en cualquiera de los otros lugares aparentemente tan distantes y diferentes. La concatenación de acontecimientos es, sin embargo, totalmente coherente. España, Singapur, Egipto y Reino Unido son países con los que he tenido contacto personal o telefónico estas semanas, por ejemplo, y bien es sabido que cualquier pequeño contratiempo o accidente puede llevar tus cansados huesos a la comisaría más cercana, iniciándose una cadena de acontecimientos quién sabe si a nivel mundial.Démosle, pues, valor a nuestra vida, trascendente, sin duda, en el devenir cotidiano de nuestra aldea global y dejémonos seducir más tarde por este fascinante planeta en red, con mil paisajes y texturas que tanto me apasiona.Detrás de distintas facciones o ropajes palpitan unos mismos corazones cada vez más habitualmente latiendo en la misma frecuencia, compartiendo e interactuando, cómplices de las mismas alegrías y penurias, enredados en historias comunes, portadores de sentimientos parejos donde a menudo no son necesarias ni las palabras.Por tanto no eludamos nuestra responsabilidad en la creación de un mundo un poco más amplio y habitable, más libre y abierto, sin el lastre de obsoletos dogmas, donde las habilidades se impongan siempre a recomendaciones, etnias y diplomas.Los horizontes ya no existen, todo depende de la agudeza de nuestros ojos.