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miércoles, 19 de noviembre de 2008

EL CISNE NEGRO





¿Cuanta información debemos de recopilar para tener una certeza sobre algo?
Me temo que hay materias en las que el número de pruebas nunca será suficiente.
Tal y cómo bien explica el economista Nassim Nicholas Taleb en su interesantísimo libro The Black Swan, podemos ir al parque todos los días y encontrarnos sólo con cisnes blancos, pero eso no probará que los cisnes negros no existen, una circunstancia fortuita puede hacer que nos topemos con uno de estos raros ejemplares que ni siquiera imaginábamos que existiesen, bien en ese mismo parque o más probablemente en una visita a algún lugar más recóndito donde esta característica sea más abundante. Nuestra sorpresa no sería tanta, sin embargo, como la que se llevaron los primeros europeos que pusieron pie en Australia y conocieron animales tan impensables y sorprendentes a sus ojos como el canguro o el koala.
Siguiendo esta línea de razonamiento, y en el ámbito puramente subjetivo, podemos tomar el amor como ejemplo, supongo que ni infinitas pruebas son suficientes para demostrar que el afecto y el compromiso va a ser duradero, sobre todo cuando un aislado y desafortunado desliz podría dar al traste con todo lo bueno hecho anteriormente.
Desgraciadamente la vida no es más que incertidumbre, sabiendo que las certezas no existen y que siempre hay que estar atento a lo que sucede a nuestro alrededor, y lucha, tratando de superar los nuevos retos que constantemente hemos de afrontar.
Las generalizaciones y los estereotipos siempre han sido malos compañeros de viaje, pero pueden convertirse en auténticos lastres para responder a las exigencias de la época contemporánea donde todo cambia vertiginosamente y lo nuevo pone constantemente en entredicho a lo anterior.

Más que nunca hemos de ser capaces de, sosegadamente, aprender y reinterpretar la realidad, cambiar de traje sin dejar de ser nosotros mismos, desconfiar de los dogmas y dudar de todo porque hasta lo inimaginable puede sucecer. Eso es en definiva lo que hace apasionante la existencia. No todo está escrito, sea cual sea nuestra situación, aún hay esperanza.



lunes, 10 de noviembre de 2008

EL PRINCIPE DE LA PAZ

El juego de la política es el arte de la simulación, la hipocresía y el engaño. Un lugar donde prima el pretender sobre el ser y el vistoso continente sobre el valioso contenido. Un circo de descarados lenguaraces que venden sonrisas bobaliconas y chascarrillos fáciles en vez de estimular a la superación y a la exigencia. Nuestra nación ha sufrido como pocas el azote de los dirigentes incapaces que han proliferado como una auténtica plaga. Especialmente paradigmática me parece la figura de Manuel Godoy que tras 200 años podemos juzgar con el desapasionado prisma de la distancia. La de Godoy es la historia de un guardia de corps despreocupado y atractivo que un afortunado accidente al caerse de un caballo le hace trabar amistad con María Luisa de Parma, madura, ajada y lujuriosa princesa de Asturias y futura reina de España. A partir de ahí sus responsabilidades serán proporcionales, probablemente, a sus superlativas capacidades amatorias y falta de escrúpulos para complacer a la desdentada reina que sólo escuchaba lo que decía su Manuel, pero muy por encima de sus menguadas capacidades intelectuales. El conde de Floridablanca, que aspiraba a obtener una posición más ventajosa respecto a Inglaterra fruto de la cual España recupera Menorca y se distancia de Francia, es defenestrado en una oscura maniobra política lo cual aprovecha Godoy para hacerse con la Secretaría de Estado unos meses después, tras el fugaz paso del anciano Aranda (1793). Sin embargo la nueva política internacional de Godoy carece de firmeza y temeroso de la Francia revolucionaria acaba por firmar la indigna Paz de Basilea (1795), poco ventajosa para España, pero que le valió al ambicioso valido el pomposo título de Príncipe de la Paz. A partir de ahí España hipotecará su política exterior en beneficio de la francesa en permanente enfrentamiento con Inglaterra. La situación económica también es delicada y la ruina del banco de San Carlos un golpe insoportable para la maltrecha Hacienda Pública, paradójicamente Godoy reacciona acaparando más poder. Aunque la presión del directorio francés consigue apartar a Godoy provisionalmente del poder en 1798 este sigue mandando igualmente en la sombra. La política del valido depende cada vez más de los intereses franceses aún a costa de los nacionales (guerra de las Naranjas, Trafalgar), pero la situación se vuelve insostenible cuando decide dar permiso a los franceses para que atraviesen España e invadan Portugal a cambio del reino del Algarve para Godoy. Su narcisismo y falta de patriotismo le impide ver la realidad y el incidente acaba por provocar el motín de Aranjuez y los dramáticas abdicaciones de Bayona que permiten a Napoleón convertirse en rey de España en 1808.
Han pasado más de 200 años pero poco ha cambiado en nuestra nación y en el mundo.
Políticos con cargos por encima de sus posibilidades a cambio de los más perversos favores y componendas, políticas exteriores erráticas y supeditadas al capricho del pequeño vecino de turno de escasa estatura física pero mayor talla política (de forma que una nación potente e independiente se convierte en un servil apéndice de otra sin obtener por ello ningún rédito), imprevisión y crisis económica, reyes despreocupados y libidinosos, allegados al régimen interesados y oportunistas, instrumentos de comunicación parciales y tendenciosos. Se renuevan los actores pero la historia siempre es la misma. Cada generación ha de elaborar, eso si, su particular remake de la película para adaptarla a los tiempos.

domingo, 9 de noviembre de 2008

BARAKA

Baraka es un hermoso, poético e innovador documental experimental, una sucesión de brillantes imágenes rodadas en 1992 sin un argumento definido que pretende mostrar la grandeza de la naturaleza humana. Baraka es también una antigua palabra sufí que significa aliento o esencia de vida. Baraka puede significar, asimismo, fortuna o suerte favorable. En Marruecos baraka es un don divino atribuido a los místicos y a las personas con cierta santidad, aquellos que otorgan bendición de dios a las poblaciones colocadas bajo su protección y a quienes peregrinan a sus tumbas. Y curiosamente, desde ayer, Barak Obama es es el nuevo presidente de los Estados Unidos de América. Un hawaiano de padre keniano y madre norteamericana criado en Indonesia por su padre adoptivo asiático y educado en Columbia y Harvard , dos de las universidades americanas más emblemáticas. Obama es un negro desteñido con facciones de blanco, de nombre musulmán y creencias cristianas. Su mestizaje genético y cultural es fascinante. Por tanto si Obama ha vencido al proteico héroe Mc Cain, garante del estilo de vida tradicional y de los viejos valores, es sin duda por ser un genuino representante de la globalizada época multicultural en la que vivimos y tal vez quien mejor pueda asumirla y entenderla. Ilusionado espero que el nuevo inquilino del despacho oval sea capaz de cristalizar sus ambiciones en hechos y articular sus sueños en un programa riguroso. Deseo un impulso en América, un firme golpe de timón, si, pero no un viaje a ninguna parte sin rumbo ni brújula. El planeta global está en crisis y necesita que el maquinista de la locomotora de occidente aporte soluciones imaginativas, sensatas y responsables. El mundo necesita aliento, fortuna, ingenio, algo de baraka. TRAILER DE LA PELÍCULA BARAKA

miércoles, 5 de noviembre de 2008

DE CANALES Y PUENTES



Si los rios representan el fluir del tiempo y el inevitable devenir de la vida que diría Heráclito, son los canales, bellos y barrocos cauces de este flujo de vitalidad, su expresión más artística y poética. Pero donde hay un río o un canal por el que discurren personas e ideas ha de haber un puente que enlace pensamientos y culturas. De ahí el seductor e hipnótico poder de las ciudades de canales y puentes.
Aún recuerdo cuando todavía niño visité Annecy con mis abuelos y me perdí por primera vez en un laberinto de canales, en las originales callejuelas empedradas de este pueblo encantador de la alta Saboya con deliciosos pasadizos como la puerta de Santa Clara y refinadas casas de piedra que parecían aún más bellas reflejadas en las cristalinas aguas que las circundaban. Terminado mi deambular y ya tocando con el lago que colinda con la villa me topé con un edificio bello pero sobrio, el Palais de l' Ile, completamente rodeado de agua con el fin de aislarlo de la ciudad puesto que antiguamente había sido utilizado como prisión. Alcé luego la vista para contemplar el robusto y elegante castillo que protegía la ciudad desde lo alto y reparé en que mi abuelo se acercaba hacia mi preocupado por mi larga ausencia. Con protectora indulgencia puso mi mano sobre mi hombro y me condujo a un bote en el que recorrimos el gran lago, bordeado de magníficas residencias y castillos. El agua era infinitamente pura, el cálido día de septiembre resplandeciente y luminoso, una suave brisa acariciaba mi cara y yo me sentí completamente relajado y feliz. Pensé en los desventurados cautivos que habían ido a parar en el Palais de l' Isle y los compadecí.¡Qué terrible destino es ser cautivo rodeado de una espectacular belleza que no puedes disfrutar!.
Y así otras ciudades con canales siguieron a Annecy.
Chartres, cerca de París y eclipsada por su imponente catedral, pero con un casco antiguo plagado de calles tortuosas, puentes de piedra sobre los canales y lavaderos que evocan a la Edad Media. ¡Qué divertido paseo con Laura en el trencito turístico y que suculenta comida un restaurante típico!
Brujas, en la parte flamenca de Bélgica, con canales plagados de cisnes por los que navegan los barcos con turistas, de la plaza de Burg a la iglesia de nuestra señora y aún más allá. ¡Qué ciudad más encantadora y qué sofoco, por más que las impresionantes vistas compensaran luego el esfuerzo, subiendo por las escaleras del campanario ubicado en la plaza mayor!
Cesky Krumlov, tal vez no es una ciudad de canales al uso pero si una auténtica obra de filigrana rodeada de un anillo de agua en el brazo del río Moldava que forma un pronunciado meandro en ese punto, de original acceso por la pasarela de un castillo y con una fisonomía absolutamente medieval en la que destacan sus fachadas de piedra y de colores y sus puentes de madera. La capital de la bohemia meridional es el decorado más idoneo para un romántico paseo. ¡Que agradable día de mayo de la delicada mano de la mejor compañía posible!
Venecia, sin duda el arquetipo de las ciudades con canales, es pura magia y sofisticación. Un lugar único y especial con lugares llenos de embrujo, la plaza de San Marcos, las góndolas, los puentes de Rialto y de los Suspiros. Era de noche y, completamente perdidos en el seductor laberinto que es la ciudad en sí, se nos hizo tarde para coger el último vapporetto de vuelta a nuestro hotel, situado fuera de la laguna, una espectacular carrera por las empedradas callejuelas y un providencial retraso hizo que mi hermana, dos amigas brasileñas que conocimos durante el viaje y yo pudiéramos dormir a cubierto esa noche. Casi lo lamenté. ¡Que hermoso hubiera sido haber dormido al raso en la ciudad más poética del mundo!
Pero no solo en Europa hay canales. A más de 2000 metros de altura en una zona conocida como pre Tibet ya entre el cielo y la tierra se encuentra Lijiang, un auténtico paraiso. A veces sueño que estoy de nuevo en el palacio de Mu, lugar donde la familia dominante dirigía los destinos de toda la etnia naxi, y puedo contemplar de nuevo toda la ciudad antigua con sus callejuelas empedradas y sus refrescantes canales que trasportan el agua venida directamente del Himalaya. ¡Qué fresca está el agua y qué puro es el aire!
Bonitos recuerdos, si, pero aún muchos canales y puentes por explorar. Mis ojos miran ya al Adriático. Allí se encuentra Ámsterdam. ¡Qué maravilloso es poder disfrutar de la fascinación de ciudades tan singulares!

domingo, 2 de noviembre de 2008

EL BARRANCO DEL INFIERNO






La isla de Tenerife, que últimamente visito con bastante frecuencia, es una maravillosa caja de sorpresas.
En su parte meridional, tradicionalmente asociada con el turismo de masas, el sol y la playa, se encuentra un auténtico oasis de naturaleza y vida. El barranco del infierno, un pulmón verde en el árido sur.
Se accede al mismo por la localidad de Adeje y el recorrido sigue el antiguo cauce de un río, ahora prácticamente sin actividad salvo en su parte final donde se encuentra uno de los pocos puntos de la isla donde el agua fluye espontáneamente.
Inicié la caminata al mediodía y a pesar que el pedregoso camino es un tanto intrincado, el paseo, de aproximadamente 7 kilómetros, resultó agradable y liviano.
La marcha discurría entre portentosas laderas de piedra y una profunda garganta donde aún se aprecian estratos de sedimentos de lava volcánica, dejando atrás maravillosas vistas del luminoso poblado de Adeje rodeado por el mar.

En este tramo la vegetación circundante era escasa y pobre, sólo algunas plantas autóctonas como los sufridos cardones y la original tabaiba florecían tímidamente en un terreno seco y rocoso. Sin embargo encontramos gran colorido en el cielo, abundantes aficionados al parapente desplegaban sus vistosos globos aprovechando el fuerte viento y las empinadas laderas de la zona en lo que constituye un lugar ideal para la práctica de este temerario deporte.
Según íbamos ascendiendo notábamos un entorno más puro y un contacto más íntimo con la naturaleza. En el horizonte ahora se atisbaban cernícalos y las cabras saltaban, jugueteaban y se lamentaban de forma escandalosa entre los riscos que nos rodeaban.
Los fuertes quejidos de uno de los animales, potenciados por el eco que se creaba en el desfiladero llegó incluso a alarmarnos pero uno de los guardianes del parque natural pronto nos tranquilizó y nos explicó que eran las normales disputas entre machos, porfiando por hacerse con el dominio de las hembras, algo por otro lado común en cualquier especie aún cuando los rituales puedan ser un tanto más refinados.
Continuamos la ruta y reparé en las antiguas canalizaciones que conducían el agua de la montaña al pueblo, algunas con varios siglos de antigüedad, según nos explicó una amabilísima guía y curiosamente vieja conocida de una de las chicas que realizaba la marcha con nosotros.
Pasamos por unos puentes de mampostería y poco después observamos que el paisaje variaba súbitamente convirtiéndose en una proliferación de vegetación y verdor.
El agua fluía libremente en forma de arroyuelo y era casi inevitable mojarse en algún punto. El frescor era de lo más agradable, así como el canto de alguno de los pájaros que anidaba en el lugar, pero eso no era nada comparado con la gran sorpresa que nos esperaba al final. De una imponente pared y en un paradisíaco claro surgía una hermosa cascada, un fino, cristalino y delicado hilo de belleza y de vida. Allí disfrutamos del espectacular entorno unos minutos para iniciar a continuación el descenso por la misma senda que habíamos seguido previamente, con un único alto para avituallarnos y compartir anécdotas y risas con los fantásticos compañeros salmantinos y canarios que me habían acompañado en esta pequeña expedición.

Por la tarde me tocó relax en la playa de Médano pero continuo ávido por seguir descubriendo todos los secretos y rincones de la isla. Ansío ver que grata sorpresa me deparará mi próxima visita.