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lunes, 27 de mayo de 2013

LUCCA, EL ENCANTO DE LA TOSCANA.

La pequeña ciudad italiana de Lucca mantiene intacto el encanto de la Toscana. La ciudad está incluida en un perímetro de casi 4 kilómetros de murallas del siglo XVI, que son un auténtico símbolo.
 
En el interior de las murallas está el casco antiguo , con sus calles estrechas, típicas plazas y pequeños palacios medievales y renacentistas. Es practicamente peatonal en su totalidad y la bicicleta es el medio de transporte de referencia.

 
La Iglesia de San Michele in Foro está en la Piazza San Michele, es el lugar que ocupaba el antiguo foro romano. Es un templo de estilo románico pisano y su construcción se inició en el siglo XI sobre las ruinas de otra iglesia del siglo VIII. La fachada está construida en bloques iguales de piedra caliza y como curiosidad hay que decir que la fachada es bastante más alta que la iglesia en sí, el motivo no se sabe, aunque se intuye que pudo ser por causas económicas, no sólo en nuestra época contemporánea los proyectos son a veces más ambiciosos que los fondos disponibles.
 
 
La iglesia de San Fernando es una de las iglesias más antiguas de la ciudad y está construida sobre otra iglesia del siglo VI. En la fachada se utilizaron piedras de mármol blanco que pertenecían al anfiteatro romano cercano a la basílica y está decorada con un gran mosaico dorado del siglo XIII que representa la Ascensión de Cristo, diseñado en estilo bizantino medieval.
 
Esta es la plaza más origina del Lucca, fue fundada sobre las ruinas de un antiguo anfiteatro romano que fue construido en el siglo II, sus restos se encuentran a unos tres metros de profundidad. Es una plaza totalmente cerrada y se accede a ella a través de 4 puertas, dentro se encuentra una variada oferta túristica desde heladerías a cafés llenos de encanto impregandos del ambiente tranquilo característicos del lugar.  
 
 
 
 
 

 


domingo, 26 de mayo de 2013

PUERTO VARAS Y EL INFLUJO DEL VOLCAN.




 


 Puerto Varas es una de las más bellas ciudades    de Chile, a orillas del lago Llanquihue, sus calles con una arquitectura que no puede negar la influencia de la colonización alemana desembocan en un mágico paseo costero que puede disfrutarse tanto de día como de noche.
   Enclavada en un marco natural formado por el lago y los volcanes Osorno y Calbuco, la ciudad cuenta con 28.000 habitantes.
El volcán Osorno es el ícono perfecto de la Región de los Lagos. Verde en sus laderas y con nieves eternas en sus cumbres. Su figura sintetiza de manera ideal lo que significa un volcán. Sus colores son únicos, al igual que sus laderas y su cumbre que durante casi todos los días del año permanece cubierta de nieve, blanca y siempre virgen.

 El lago Llanquihue que baña Puerto Varas, es el más grande de la región de Los Lagos. A sus orillas se puede encontrar playas extensas, vegetación, puertos y ciudades, y de fondo, el eterno volcán Osorno.

El volcán Osorno se ubica a casi 60 kilómetros al Noroeste de Puerto Varas y posee una altura de 2.661 metros sobre el nivel del mar. Su gran altura hace que pueda divisarse desde toda la provincia de Osorno, hasta incluso en algunos lugares de la isla de Chiloé, con lo cual se constituye en una postal imponente y típica del paisaje de la región.

En Puerto Varas hay multitud de construcciones de madera con más de 100 años de antigüedad. Uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, junto con el el casino y la iglesia luterana, es la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús visible al fondo de la fotografía.

La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús es un edificio de estilo neo-románico y barroco monumental que fue declarado Monumento Histórico Nacional. Su construcción se realizó entre el año 1915 y 1918, y para ella se utilizó maderas nativas de ulmo y roble. Sus arquitectos se basaron en la Iglesia Mariekirche, situada en la provincia de Selva Negra en Alemania.
 Ubicada en un terreno alto de la ciudad la iglesia ha sido restaurada en diversas ocasiones y destaca por su maravillosa fachada que la han convertido en un referente turísitico y un símbolo de la ciudad.

Pero si su exterior es llamativo, su interior es también sumamente acogedor y atractivo con delicados revestimientos de mañío y laurel.

El fogón las Buenas Brasas es un acogedor restaurante donde tuvimos ocasión de probar una selección de mariscos chilenos con una atención exquisita y un precio muy moderado. Es una opción muy recomendable si visitáis la ciudad.

viernes, 24 de mayo de 2013

KORCULA, OTRA PEQUEÑA PERLA EN EL ADRIÁTICO.

Para llegar a la isla de Kórcula desde el continente debemos atravesar el Adriático en barco. Numerosos ferrys realizan la travesía varias veces al día.









La principal localidad de la isla es Kórcula. Fue construida en una pequeña península para, desde sus murallas, controlar el paso de navios por el estrecho canal que la separa del continente.
El tramo de escalera que sube hasta la Puerta de Tierra proporciona, tal y como podemos comprobar en la foto, un espectacular acceso al casco antiguo. La puerta, ubicada en un bastión del siglo XIV, estaba muy protegida.





Las murallas de Korcula resultaron suficientemente robustas para repeler un ataque de los turcos otomanos en 1571. Actualmente, han desaparecido algunos tramos para dejar paso a una carretera, aunque aún se conservan varios bastiones y restos de las murallas con cañones hacia el canal.
 
Es continuo el trasiego de embarcaciones que circulan por el estrecho canal que separa a la isla de Korcula del continente.












La ciudad de Korcula es pequeña, pero cuenta con numerosos templos. Las iglesias de Todos los Santos, San Miguel y de Nuestra Señora se hallan dentro de las murallas del casco antiguo.

 
Las calles estrechas del recinto amurallado son muy llamativas: las que desembocan en el lado oeste se trazaron rectas para que el mistral de verano refrescara la ciudad.
Todo lo contrario que las callejuelas del este, ligeramente curvadas para debilitar el molesto y gélido bura, y para establecer estrategias defensivas ante las invasiones enemigas.
Korkula, conocido también como pequeño Dubrovnik por su fisonomía y estar rodeado de montañas, está por contra mucho menos masificado que su hermana mayor, cuenta con multitud de terrazas y miradores propicios para el relax y el descanso contemplando el mar y el devenir de la tranquila vida del pueblo, alterada, en todo caso, por la llegada de algún crucero.

Siguendo el perímetro circular de la muralla hay un bonito paseo con fantásticas vistas al mar, donde se colocan agradables terrazas y se ubican ls viviendas más vistosas.

Decidí subir a la parte más alta de la ciudad, una pequeña colina ya fuera del perímetro estricto de la muralla para tener las mejores vistas, para conseguirlo no hubo más remedio que subir un montón de escalones.
 
La ciudad desde lo alto ofrece un mosaico de tejados rodeados de una muralla medieval y salpicado de capiteles que se alzan sobre el azul cobalto del Adriático, con el magestuoso macizo Peljesac como telón de fondo.