Ringo Starr, batería de los Beatles, podía cantar razonablemente bien si
se trataba de notas graves pero tenía serias dificultades con las
agudas. Un buen día John y Paul decidieron componer una canción que
Ringo pudiese cantar y planearon utilizar solamente los cuatro o cinco
tonos en los que él se podía desenvolver bien. Sin embargo, el resultado
era un tanto monótono, así que tuvieron que meterle un agudo;
precisamente la parte de la canción que todos cantan a coro empujando
de Ringo para que llegue, no sin dificultades, a la tonalidad adecuada.
Esta canción además de uno de los grandes éxitos de los Beatles es todo
un homenaje al trabajo en equipo, a la amistad y a la camaradería,
ideal antes de reunirse con los viejos amigos que te arropan cuando lo
necesitas, te ayudan a superarte cuando ven que puedes conseguir un reto
ilusionante, y, sobre todo, nunca te fallan. Por eso a todos mis amigos
de siempre les quiero homenajear con esta canción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario