Desde que todo acabó me siento muy perdido. No sé que busco porque me he quedado sin referencias. He probado diferentes distracciones, viajar, redecorar mi casa, invertir… pero
nada material me consuela, ni me alivia. Tampoco los besos que me animas a que
robe a la noche me van a saber a nada, lo sé, y por el momento ni me lo
planteo, no me siento con ánimos.
Antes de que tu buscases otros mares, tu llenabas todo mi horizonte
futuro.
Un Bali que ya nunca conoceremos juntos o rincones de París que jamás te
podré mostrar. Caricias en el salón que no nos daremos. Confidencias y
susurros al oído que no escucharé. Tu mirada ya no se juntará con la
mía, ni tu risa contagiosa alegrará mi semblante. Fernandito, así lo pensábamos llamar, ya no
existirá o tendrá unos nuevos papás y durante mucho tiempo en las
reuniones familiares habrá una silla vacía y un hueco que no podré
llenar.
Me quedo, no obstante, con toda la pasión y todos los besos y abrazos
que hemos compartido, los muchos y buenos momentos que hemos vivido
juntos y que se han metido sin remedio por todos los rincones de mi
cuerpo y los surcos de mi corazón y que por más que me esfuerce nunca
conseguiré sacar del todo.
Escucharé fado y lloraré abrazado a mis recuerdos y esa angustia será mi
compañera y mi consuelo durante mucho tiempo.
No se si esto es amar según tu lenguaje, siempre me reprochabas que no te lo decía con suficiente frecuencia, aunque creía demostrártelo, pero es absolutamente lo que
siento y lo que he sentido siempre por ti.
Te echaré muchísimo de menos y otros muy próximos a mi se que también lo
harán, aunque nunca lo demostrarán más que con un gesto, una sutil
mirada o un esbozo de sonrisa, que, como nuestras fotografías, se quedará
congelada en el tiempo…
1 comentario:
Pues el mismo dolor q tambien compartes es el q se siente de este lado de los mares...de ese oceano q nos aleja en el mapa y q han superado momentos magicos...las batallas pueden ganarse ....siempre
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