Destaca estos dias en nuestra cartelera cinematográfica, La Gran
Apuesta, película dirigida por Adam McKay y protagonizada por Christian
Bale y con Brad Pitt (que también es productor) en un pequeño papel.
El film, sin aburrir en ningún instante, es bastante preciso
detallándonos la avaricia y la capacidad de negar la realidad que
condujo al colapso de la banca y a la crisis económica mundial allá por
el 2007. Narrada en clave satírica por personajes anti-sistema dentro
del propio mercado financiero explica
como estos curiosos outsiders se percatan del engaño de las hipotecas
subprime y las dificulatades que han de superar para apostar contra la
banca tradicional. Tomados por locos, su beneficio vendrá si el sistema
quiebra (algo que parecía completamente imposible entonces ), pero si
eso sucede puede que nadie obtenga nada ya que la propia banca que
respalda ( o las aseguradoras ) podrían desaparecer y con ello cualquier
tipo de garantía de cobro. Una película muy esclarecedora que junto con
El Capital de Costas Gravas y El Lobo de Wall Street completan, a mi
parecer, la trilogía perfecta para conseguir una visión amplia y precisa
de todos los excesos que condujeron a este timo a gran escala, que al
final como siempre acabó pagando la trabajadora y sufrida clasemedia.
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lunes, 25 de enero de 2016
lunes, 11 de enero de 2016
EX MACHINA
Lo bueno de los viajes intercontinentales es que uno tiene mucho tiempo
para ver películas, e incluso descubrir algunas en las que no repararía
en otras circunstancias. Ese ha sido el caso de Ex Machina, todo un
hallazgo. Dirigida por Alex Garland nos lleva al mundo de la
inteligencia artificial para realizar un introspectivo anális sobre lo
que representa la naturaleza humana, las pasiones, el fingimiento, la
libertad de elección y el egoismo darwiniano en pos de nuestros intereses,
ese gen curioso y egoista que, junto con el sentido del humor, quizá
sea lo más característico de nuestra especie. Una propuesta interesante,
un guión cuidado, tres personajes principales y un desarrollo de los
acontecimientos con intriga y sorpresas y ya tenemos una película
redonda que nos hará reflexionar de un modo parecido al que lo hacía La
Isla del Doctor Moreau, clásico con el que tiene alguna semejanza. Eso
es el auténtico cine y no la pirotecnia, ni los efectos especiales sin
ningún sentido ni anclaje argumental que tanto imperan en el cine actual
y que alejan a los auténticos cinéfilos de las salas.
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