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domingo, 19 de mayo de 2019

EL HILO DEL OVILLO

Cada día estoy más convencido de que el devenir vital es como un hilo de ovillo con aleatorios pliegues que, en determinadas encrucijadas espacio temporales, permite que el pasado, presente y futuro puedan cohabitar.
Tortuosos afluentes que convergen en un mismo estuario o conmovedores acontecimientos que estructuran nuestra historia a modo de anclajes biográficos. Esas son las coordenadas de los tormentosos cruces de caminos por los que atravesar antiguas pasarelas de oxidadas emociones y volátiles energías que aguijonean nuestro interior y nos proyectan a desconocidos parajes decorados con espejos cóncavos y convexos donde vemos el reflejo de inciertos horizontes futuros. Algunos son desdichados y tenebrosos, otros brillantes y deslumbrantes, y, todos ellos, asombrosos universos de extrema fragilidad. Su naturaleza es inestable, fugaz y efímera, como las pompas de jabón, que se evaporan al primer contacto, escenarios inéditos que nos conmueven con una pureza y hermosura que trasciende nuestro entendimiento.
Viajar por los meandros de nuestra memoria, explorar nuevas realidades y avanzar en el conocimiento, no es un trance seguro. Se trata de un juego exigente, expuesto y muy peligroso. Abrimos puertas a nuevas dimensiones, si, pero también al laberinto de nuestros recuerdos, donde podemos quedar dramáticamente enredados o, aún peor, al encontrar la salida descubrir que todo en lo que creíamos hasta ahora es una infantil mascarada.
La alternativa es vivir sólo el aquí y el ahora, según el vano hedonismo del instante feliz inspirado por la absurda superficialidad que hoy impera. Frecuentando únicamente los lugares conocidos, evitando las encrucijadas, los abismos y esas sinuosas montañas que ofrecen nuevas perspectivas. Una infra existencia sumidos en el acuario de los peces de colores, cuya memoria a largo plazo no se prolonga más de cinco segundos.
Yo definitivamente sigo pensando que las realidades plenas están más allá de la pecera y, sobre todo, que debemos de aspirar a algo más que vivir al día.

domingo, 5 de mayo de 2019

MR NOBODY

En ajedrez un jugador está en zugzwang si cualquier movimiento permitido supone empeorar su situación… En muchas ocasiones tengo la sensación de en nos encontramos esa posición de la partida desde que nuestro corazón empieza a palpitar.
Sin embargo, cuando todo se detiene, todo es posible. Sospecho que es la temporalidad nos vuelve intrascendentes pero parece demasiado arrogante para un simple humano el tratar de burlar a Cronos en busca de la anhelada trascendencia.
Petulante o no, y aun conociendo del riesgo de acabar perdido en un auténtico laberinto, soy de los que piensa que sería demasiado triste claudicar sin intentarlo.
La vidas posibles de Mr Nobody es una película de imágenes hermosas, de momentos trascendentes, que rompe la cronología clásica y está envuelta de sensibilidad y romanticismo. Tal y como yo entiendo que ha de ser una vida plena, con muchos caminos y biografías posibles, con un final abierto, llena de claroscuros, meandros y flash backs, surcada de micro historias y posibilidades. Y con la única esperanza de que este ovillo de sensaciones encuentre una armonía final.
No elijas, sólo vive, el azar de la existencia es la cristalización de lo posible, y sí, aún todo es posible.