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viernes, 28 de agosto de 2020

EL PASILLO ESTRECHO

La evolución hacia una sociedad que garantice la libertad, la autonomía y la posibilidad del pleno desarrollo personal de todos sus súbditos no es un proceso fácil.
Se trata de EL PASILLO ESTRECHO tal y como lo definen Daron Acemoglu y James A. Robinson en el libro así titulado y donde tratan de exponer las razones por las que unos estados prosperan en libertad y otros son dominados por la tiranía.
La desconfianza ante un excesivo autoritarismo de las élites hizo que en las civilizaciones primitivas fuese complicado articular una estructura de poder. Los Tiv, grupo étnico localizado entre la actual Nigeria y Camerún, fueron minuciosamente estudiados hacia 1930 (en el periodo de la colonización europea) y encajan exactamente en estas pautas de comportamiento. Muchos clanes africanos tradicionales aún apelan a la brujería o a lo sobrenatural para impedir cambios en su organización.
En este tipo de sociedades se reprime al innovador, se castiga al que alcanza el éxito o logra acumular más bienes que los demás. Se desincentiva el progreso del individuo si temen que con ello se alterará la estructura del grupo; a veces a sangre y fuego.
Asimismo, antes de que existiese una estructura estatal sólida los conflictos entre las diferentes tribus, clanes y etnias eran continuos produciéndose un sanguinario ambiente de hostilidades donde la venganza, la muerte y la desesperación era el único horizonte posible.
Se hizo necesario un cambio de fase y en muchos lugares surgió el "Leviathan" (el nombre es un homenaje al monstruo marino creado por Hobbes y a su descripción de este proceso). Se trata de un poder centralizado y omnímodo capaz de evitar conflictos y desarrollar grandes proyectos comunes.
Es un sistema más sofisticado que el anterior pero aunque con el tiempo acaba por convertirse igualmente en despiadado e insatisfactorio para el individuo. Ejemplos de este tipo de organización son las monarquías absolutistas europeas, la Unión Soviética (uno de sus versiones más conseguidas) o a distintas etapas históricas de China (incluida, por supuesto, la actual). El Estado Leviathan es excesivo y al final siempre despiadado. Desprecia al individuo y no favorece el desarrollo intelectual. Tampoco la participación, la autonomía o la innovación ante nuevos retos. Puede resistir un tiempo pero, tras exigir un gran sacrificio y generalmente infligir mucho dolor a una o varias generaciones, siempre acaba por colapasarse.
Así la unidad que Mahoma consiguió en el Oriente Medio sin duda fue preferible a las tribus de beduinos guerreando constantemente entre sí, pero finalmente la consolidación de naciones donde la religión lo domina todo tampoco es la situación ideal.
Ante todo esto, sin duda la situación óptima es la del "Leviathan encadenado". Metáfora con la que los autores tratan de describir un Estado lo bastante fuerte como para poder ejecutar sus proyectos con rigor (con poder coercitivo para hacer valer sus normas y ser un elemento disuasorio y apaciguador frente a la violencia y los conflictos) pero con los suficientes mecanismos de control activados para que no caiga en los excesos del despotismo. Debe haber un blindaje frente la arbitrariedad, la desigualdad, el fraude y las malas prácticas.
El Estado por su propia idiosincrasia e igual que algunos tumores malignos siempre tiene una inercia expansiva; busca crecer, acaparar parcelas de poder y perpetuarse.
La sociedad civil siempre ha de estar vigilante y es esencial que cuente con mecanismos e instituciones para reducir o desactivar este proceso. Es lo que los autores llaman dinámicas de la Reina Roja (en homenaje al personaje del libro Alicia en el País de las Maravillas). El estado y los ciudadanos disputan una interminable carrera para estar siempre en el mismo lugar. Corren y corren con el único objetivo de no perder sus posiciones iniciales.
Para explicar por qué algunos países elegidos alcanzan el estrecho pasillo de la libertad y otros no (y también por qué algunos que habían entrado acaban por abandonarlo, la corrupción de república de Weimar acaba por transformala en la Alemania nazi), los autores nos sumergen en un apasionante análisis desde perspectivas muy distintas (sociológica, política, económica) buceando por momentos muy diversos de la historia universal :
El problema de Gilgamesh (rey de Uruk), la Atenas clásica de Solón, el desectructurado Líbano moderno, los Tiv de la Nigeria rural, la Egira del profeta Mahoma, los zulús del jefe Shaka, el Hawaii de Kamehameha, la Georgia de Shevardnadze, las ciudades-estado de la Italia medieval, un extenso y exhaustivo repaso de la historia inglésa y su Carta Magna, el imperio bizantino, el Sacro Imperio Romano, Prusia, un pormenorizado análisis dela historia del autoritarismo en China, las castas de la India, los orígenes de la confederación suiza, las guerras de clanes de Albania y Montenegro, el éxito de Solidaridad en Polonia y el fracaso de la consolidación de una democracia en Rusia después de 1989, el surgimiento de la democracia en Costa Rica y el despotismo en su vecina en Guatemala, los padres fundadores de Estados Unidos, la burocracia argentina, el gobierno ausente colombiano, Liberia, Emiratos Arabes y la Casa Saud como semilla del 11S, la ascensión al poder de Salvador Allende en Chile, la Alemania de Weimar, el Apartheid en Sudáfrica y su colapso, el sangriento Congo Belga, la socialdemocracia sueca de 1930 hasta la actualidad, Japón y Gran Bretaña en la posguerra.
Lo que al final se demuestra en todos los casos es que la democracia surge donde al Estado se le puede envolver con una tijera o cremallera social que es capaz de controlarlo o "encadenarlo" según la terminología de los autores. En la Europa contemporánea fueron las Cortes (de reminiscencias germánicas y nunca anuladas completamente), otros se apoyaron en sociedades gremiales. En Estados Unidos los refinados repartos de atribuciones y los acuerdos a los que se llegaron al constituir la federación, así como las inteligentes enmiendas.
Una sociedad inclusiva y con un reparto proporcional de la riqueza previo facilita mucho el proceso. Todo lo que no sea partir de ahí suele llevar a las naciones fuera de la senda o a alguna fase intermedia. Lo que los autores llaman "Leviathanes de papel". Son naciones con apariencia de democrática y alma despótica, generalmente controlados por élites políticas o económicas sin escrúpulos con el único ánimo de perpetuarse en el poder. Muchas veces se asientan en instituciones seculares como las castas en la India o la ultra ortodoxia religiosa en Arabia Saudí. Esta exaltación de lo tradicional suele ser alentada por la propia estructura de poder para debilitar la sociedad civil y seguir sacando ventaja de la situación.
En otras ocasiones la estrategia es implementar una jaula de normas, una plétora de leyes, edictos y disposiciones – a veces contradictorios- que esclerotizan el sistema. La Argentina peronista se sostiene sobre una burocracia excesiva e ineficiente (nos explica el libro el caso de los ñoquis, miles de funcionarios elegidos a dedo que nunca van a trabajar). Colombia opta por desentenderse de grandes áreas del país controladas por caciques o guerrillas locales.
Todas ellas son formas espurias de democracia poco interesadas por velar por el bien común o el interés general. Por último me referiré a lo que los autores definen como "el orangután con esmoquin", una figura muy gráfica para señalar a determinados tipos de gobernante y de gobiernos peligrosísimos para todas aquellas naciones que pretenden seguir por la senda de la democracia.
Este sistema se caracteriza por tener un exterior ordenado (el ropaje del esmoquin) y una maquinaria de saqueo deliberado y de adormecimiento y desactivación de las asociaciones civiles que se pone en marcha con el único objetivo de satisfacer el ansia de poder e influencia de unos pocos (el cuerpo del orangután). Los mecanismos de control son suprimidos o deslegitimados, las libertades individuales cercenadas, el espíritu emprendedor completamente desalentado. La cultura del esfuerzo no es premiada. Se favorece el partidismo, el frentismo y la agitación permanente.
Una sobredimensionada burocracia elegida atendiendo exclusivamente a intereses políticos hace de barrera y de control social, el dinamismo asociativo es domesticado mediante prebendas y subvenciones.
A las fuerzas más retrógradas, sanguinarias y disruptivas de la sociedad se les da carta de naturaleza, mientras que los representantes de los sectores más dinámicos son completamente ignorados. “Para mis amigos todo, para los demás la ley.” El "orangután con esmoquin" es el piloto perfecto para hacer descarrilar a cualquier nación y sacarla definitivamente del pasillo. ¿Acaso me estoy refiriendo ahora a la España actual?
Tal vez si, o tal vez he utilizado como ejemplo a alguno de los otros países que se han salido de la senda. En cualquier caso os animo a averiguarlo leyendo EL PASILLO ESTRECHO, un libro que a lo largo de sus 688 páginas os dará una visión global, coherente y esclarecedora de la historia de las democracias y os ayudará a estar vigilantes frente a quienes quieren destruirlas.