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martes, 25 de julio de 2006

EL VERANO

Hace un espantoso calor, llevo días sin poder dormir. Ni todo el bio-solán, ni toda la cerveza del mundo consiguen aplacar mi sed. Voy a la playa y, cuando consigo acordarme de llevar la toalla, hay una densa neblina que imposibilita los baños, aunque para cascada la que apunta por mis axilas por efecto de la axfisiante humedad.
Me voy a arruinar comprando desodorante, aunque por lo menos es la excusa perfecta para ir al centro comercial. Allí hay sombra y el aire acondicionado está a tope estos días, además están de rebajas y siempre es bueno tener alguna camisa de repuesto. Gracias que quemar dinero no produce calor.
Ya remite un poquito el sol y me pretendo acomodar en una terraza, pero todas las sillas están llenas de turistas que pretenden beber la sidra a sorbos. Tendrían que reservar plazas a los residentes. Anda, allí tenemos un espacio, pero que amarga está la sidra hoy. Como se nota que dejan los palos de peor calidad para el verano. ¡ Pero si yo no soy foriato! Tenía la ilusión de que al anochecer refrescase pero esto es aún peor. Toda la ropa se me pega al cuerpo, especialmente esa última camisa que me compré. Eso me pasa por traer cosas de las rebajas.
Así y todo hay que hacer algo de vida social, pero los en los chiringuitos no se para, están hasta los topes, llenos de una sudorosa y descerebrada marea humana que te empuja. No queda más remedio que imitarlos. Que estruendo. ¿ Es esto música ? Ah, son las canciones del verano ¡ por Dios !, si desde que no ponen a Georgie Dann ni siquiera son divertidas.A ver cuando se acaba todo esto, solo estamos a mitad de julio y en agosto promete empeorar.

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