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miércoles, 4 de noviembre de 2009

MALMÖE, LA CAPITAL DE LA SUECIA MERIDIONAL















Desde Copenhague es fácil llegar a Malmoë si nos acercamos a la estación de ferrocarril ( a un paso mismo del Tívoli ). Cada 30 minutos un tren sale con dirección a la ciudad más meridional de Suecia y verdadera capital de la región sur.
Durante el trayecto pude contemplar una de las grandes proezas de la ingeniería europea, ya que surqué a toda velocidad, elevado sobre el puente Öresundm, los casi 16 kms que separan Selandia de la península escandinava. Desde el mismo observé una gran cantidad de molinos de viento plantados en el agua que ya han pasado a formar parte del paisaje de la zona. Una vez en tierra me llamaron especialemente la atención las casas con techos extremadamente puntiagudos y la techumbre vegetal tradicional ( compacto de hojas, turba, ramas y fardos de paja ).
A mis desentrenados ojos latinos, Malmoe ofrecía el mismo aspecto que la vecina capital danesa, por algo fue parte de Dinamarca hasta hace apenas 3 siglos.
A unos 400 metros de la estación me encontré con la enorme plaza del ayuntamiento de 2500 metros cuadrados, a imagen y semejanza de la que acababa de dejar más allá del puente, pero con elementos singulares, por supuesto, como la estatua del rey Karl o la famosa farmacia del León así como un edificio del ayuntamiento también sobrio pero con algún elemento decorativo. A partir de aquí de nuevo surgieron una serie de calles peatonales ( Adelgaten, Ostergaten, Rudelsgaten ), ideales para comprar o pasear y en cuyas inmediaciones enconté edificios tan singulares como la iglesia de San Pedro ( la construcción más antigua de la ciudad ), el Flensburska huste ( siglo XVI ), viejo almacén de estilo holandés renacentista, o la que fuera residencia del gobernador.
Siguiendo la senda del canal que rodea la parte antigua apareció la pujante ciudad universitaria, la más importante del mundo para temas marítimos. Me adentré en un inmenso parque de los que tanto gustan en estas latitudes y hayé un viejo molino así como el castillo de Malmous de estilo renacentista escandinavo y hoy sede de muchos museos. Tiene torreones circulares, bellos tonos rojizos y está rodeado de un estanque, hogar de patos y gansos, además los torreones se reflejan produciendo un bello efecto. Más allá del parque, a la sombra del Turning Torso ( el edificio más alto de Suecia, obra del arquitecto español Santiago Calatrava ) ,y tras atravesar una interminable zona de césped llegué a las playas, con bien cuidadas pasarelas de madera y muy concurridas los días soleados, como el agradable día de junio que me tocó rendir visita a la ciudad. Sólo me faltaba acercarme al mar y mojar mis manos con las frías aguas del estrecho de Öresund mientras en el horizonte contemplaba el enorme puente que me había conducido hacia allí y los originales molinos.

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