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lunes, 22 de marzo de 2021

¡VIVE!

Una vida miserable de aspiraciones es una infraexistencia amputada de esperanzas, una constante frustración. La ilusión, la emoción van configurando nuestras vivencias, así como nuestros anhelos y deseos. Renunciar a ellos es renunciar a la plenitud. Cuando encontremos una meta o una ambición que nos impulse, nos agite o nos inspire, la única opción coherente es luchar por ella sin ahorrar esfuerzo ni guardar energía para el regreso. En ese punto la única posibilidad de salvación es llegar a la otra orilla. Ese lugar que los mezquinos nunca conocerán porque queda fuera de sus estrechos mapas mentales.
La película Gattaca, injustamente infravalorada, plantea una sociedad donde los que no estaban genéticamente modificados no tenían ninguna posibilidad de éxito. Sin embargo, la lucha y la determinación pueden rebasar y confundir a todo el sistema, con lo que la historia que nos plantean es realmente un auténtico himno a la vida y a la superación. Aquí una de las escenas que más me gusta y que ilustra perfectamente todo lo que estoy comentando.

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